El tiempo se detiene
Autoría y Dirección: Facundo Zilberberg
Prensa (extracto)
El tiempo se detiene: el
espacio, provocador de una estética magistral
Desde el ingreso a la sala el espectador se encontrará con un diseño
escenográfico que lo remitirá a cierto realismo de escaso uso en el teatro
porteño. Un bello diseño de jardín que remite a una infancia más o menos lejana
con un mobiliario que dista mucho de seguir el diseño en boga. Ya con la
irrupción de esos objetos ante nuestros ojos el título comienza a adquirir
sentido: el tiempo está detenido. Y es allí donde sobreviene la primera gran
decisión de Zilberberg como director: sostener un tiempo detenido, enfrentarnos
a un tiempo que pesa desde la inacción de los actores que, simplemente,
permanecen, están allí. Un tiempo que se muestra como inactivo o, muy por el
contrario, un tiempo cuyo valor es interno y corre a enorme velocidad, pero
bajo la forma de la nostalgia y la tristeza.
Y si el espacio es el gran provocador de toda esa estética (desde el realismo, lo decorativo; desde lo simbólico un círculo que parece envolverlo y asfixiarlo todo), son los actores quienes tendrán la tarea de ponerle el cuerpo a todo ello.
Y si el espacio es el gran provocador de toda esa estética (desde el realismo, lo decorativo; desde lo simbólico un círculo que parece envolverlo y asfixiarlo todo), son los actores quienes tendrán la tarea de ponerle el cuerpo a todo ello.
Federico
Irazábal, La Nación, 16-8-2019
FICHA TECNICA
Intérpretes: Alejandra
Flores, Julián Marcove, Fernando De Rosa, Mariana Estensoro
Escenografía y realización:
Miguel Nigro
Diseño de vestuario:
Analía Morales
Iluminación: Luciana
Giacobbe
Realización de vestuario:
Patricia Angotti
Realización de escenografía: Juan
Manuel Aristegui y Giulia Foscia
Diseño sonoro:
Damián Ferraro
Fotografía: Ariana
Caruso
Diseño gráfico:
Diego Sztajn
Prensa: Duche
& Zárate
Asistencia de artística
y puesta en escena: Mariana Barceló
Producción: Mariana
Barceló